Opinión

Unos dias para rectificar errores

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Por Darío Nin.
Santo Domingo. – Unos días para dejar una buena impresión, sin abusos y con acciones correctas.
Que sea también propicia la ocasión para empezar bien.
No sé si el presidente se ha dado cuenta, pero el “Congreso” le acaba de regalar un colirio para que aclare la vista de muchos que le ven con malos ojos.
Estos 45 días que acaba de aprobar el Congreso para imponer nuevamente el estado de excepción modalidad estado de emergencia, de los cuales, el presente gobierno tendrá más o menos unos veinticinco para terminar si no bien, por lo menos no agravada su situación o percepción. Recordando que no es como se empieza, sino como se termina.
El presidente Medina tiene en sus manos “una mariposa azul,” que terminara viva y libre o terminara aplastada por quien la tiene entre sus palmas.
¡Ojalá se tomen estos 45 días para intentar borrar o atenuar imágenes abusivas de muchos grandes y muchos chiquitos con pequeñas cuotas de poder, sobre todos de agentes policiales y militares, como los que quedaron fichados por las cámaras de los celulares”! Por dejarlo ahí, en este momento.
El suscrito ha propuesto la creacion de “la comisión de la verdad pos pandemia” para que cada sinvergüenza que actuó mal y descaradamente, responda por su “sinverguenzuras” o más aun por sus diabluras o bellaquerías en los tribunales para que lo mal hecho no quede sellado con la frase de que “el Estado no agradece, ni guarda rencores”
Señor Presidente, le reitero “la mariposa azul” está en sus manos, terminará como usted quiere que termine.
 Aunque no me ha pedido opinión y las que he le externado, nunca le hizo caso ( en el caso particular suyo, busque mi artículo del 2015  y 2019, que titulé del poder del anillo a la seducción de la silla), sin embargo, lo escrito no deja mentir; , todo lo que advertí sucedió con una precisión milimétrica. Si quieren comprobar lo que ahora digo tómese un minuto y busque lo que desde antes de la pandemia he escrito.   Google sabe en dónde están.   Pero bien; eso ahora no tiene importancia, ya no sirven para salvar la vida que se fue.
Sin embargo, una última advertencia quiero hacer: Si las medidas de excepción no contemplan una quincena, por lo menos la primera de encerramiento total, las 24 horas, mejor no pierdan su tiempo que no vale la pena y el gran esfuerzo.
Para que esta “cuarentena” se cumpla y no se convierta en una fuente de abuso y rebelión contra un gobierno saliente y uno entrante;( ya que, a los dos le tocará un tramo), procuren que los humildes y desamparados tengan arroz, habichuelas, aceite, sazones, agua y energía eléctrica por los 45 días programados y que humildes y no humildes, tenga un Kit preparado como lo hizo el Gobierno del Salvador (Referencia obligada) para combatir los síntomas del Covid 19 , sin salir de su casa. Todos tenemos una sentencia a muerte, lo que no nos han fijado es la fecha de la ejecución.
 Voy a sugerir “un disparate”: ¡Por amor a Dios, ya no hagan más jodidas pruebas! ¿De qué caray nos sirven?  Si el que sale negativo en ellas se contagia en el camino de regreso o de ida a buscar los resultados. Las pruebas sólo sirven para las estadísticas, no sirven para sanar ni curar a nadie cuando la falta de prevención y las súper dosis de irresponsabilidad colectiva trazan la ruta del contagio y la muerte.
 Trátennos como si el 80% por cientos ya estamos contagiados y el 20 restante está constituido por ustedes, los que nos dirigen, por lo que deben cuidarse para no contagiarse. Las pruebas no sirven ya, ni siquiera para meter miedo a la gran masa de inconscientes e irresponsables, que en este país está en todos los niveles.
Vuelvo a repetirle como ya lo escribe mucho antes, no me advierta que viene un huracán, cuando ya los vientos derriban mi casa, lo que ahora necesario es auxilio y refugio. ¡¿Qué es lo que no se entiende por amor a Dios!? ¡Las madres si sufren caramba!
Reclútese una gran brigada como las que habilita Defensa Civil cuando hay emergencias y prevención, para que con la observación del protocolo adecuado se encargue de abastecer los requerimientos básico y mínimos de una población que la claustrofobia le arroja una dosis mayor de desesperación, potencializado cuando le asalta la desesperanza de no tener que darles a sus hijos.
 Es ahí cuando   sus neuronas procesan el pensamiento de que “si no me mata el Covid lo hará el encerramiento y la falta de alimentos. Y muerto por el hambre o por el virus, como quiera es muerto.
 Propongo que no se le entregue dinero efectivo a la gente, organícelos por pueblos y sectores y calles, lleven a sus casas las raciones, para evitar aglomeraciones, calle por calle, casa, por casa, que nadie salga, sino que el mensajero vaya.
 Los supermercados cierren sus puertas al público y abran la ventana virtual y telefónica, para recibir pedidos racionales y despacharlos conforme a recibimientos. Antes usted compraba y el súper pasado unas horas, le enviaba a su casa lo comprado. Sólo dos pedidos durante toda la cuarentena. Para el control hay programas o sistemas. Los vehículos del estado se pongan a disposición de estos despachos.
 Bien …, para que la desesperanza y la desesperación descrita no sucedan, desmontemos esa estructura de pensamiento; porque si no, esa población desesperada armada del valor que da el derecho a la sobrevivencia, querrá desafiar la autoridad de los salientes y de los entrantes, sin tomar en cuenta miramientos o consecuencias.
 Resumo: si quieren ver algún resultado, el toque de queda que ha de imponerse con la nueva modalidad de excepción, ha de ser 24/7 por dos semanas y después se evaluará, pero para lograrlo trátennos como si el ochenta por ciento ya estamos contagiados y al mismo tiempo, hacerle saber a los demás que de los pocos que quedan sin contagiarse se encuentran ellos por lo que como sanos debe protegerse para evitar ser contagiados.  Así, nos alejemos hasta de nuestra sombra .
 Debemos provocar un comportamiento estilo “paranoicos” si realmente queremos parar esto, y le aseguro, no es para menos.  Pero eso sí, sin abusos, excesos o aprovechamientos de parte de los que nos “representan”, que nadie quiera en la curvita de la Paraguay,” hacer su agosto” o tomar venganza.
Le aseguro señores dirigentes, que con la población base armada, con las armas necesarias ya enunciadas, podrá combatir en guerra, este silente, invisible, pero mortal enemigo.
¡Presidente Medina tiene los últimos segundo para encestar un tiro de tres! No deje pasar esta oportunidad de hacer un testamento para la historia.
Luis, lo que suceda en este período de excepción la gente te juzgará como coautor, no dejes que tu gestión índice navegando en aguas sucias por el lodo que arrastra. Ambos tienen interés en la apuesta para lo mejor.
Hasta la próxima. Si Dios así lo quiere.
Darío Nin
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