Por Editorial Periódico Camino.
Se acerca el 5 de julio y nuestro deseo es que el proceso electoral que se desarrollará ese día sea una verdadera fiesta de la democracia.
Es momento para que los dominicanos demostremos al mundo que hemos avanzado y que los traumas y momentos de tensiones que han estado presentes en comicios anteriores son parte de una historia accidentada que felizmente hemos ido superando.
Para alcanzar este objetivo es necesario que la Junta Central Electoral cumpla a cabalidad con la responsabilidad que la nación ha puesto en sus manos.
Se necesita también que los partidos entiendan que en el proceso de julio no van a una guerra y por tanto sus líderes deben actuar con prudencia y sensatez.
Que la palabra incendiaria sea sustituida por propuestas programáticas que permitan a los electores seleccionar a los mejores. Deben tener presente que a base de insultos y descalificaciones hacia los que no están en su parcela, lo que obtienen con esta actitud es crear un ambiente de violencia, que unido a la pandemia del covid-19 puede influir de manera sorprendente, a que muchos electores decidan quedarse en sus hogares el día de las elecciones.
El momento actual es una oportunidad para crear un ambiente de paz. Tenemos que elevar el contenido del discurso. La gente está sedienta de una práctica política acorde a nuestro tiempo.
Deseamos que soplen vientos de armonía en medio de la diversidad. Construyamos ese espacio.