Por Editorial Semanario Camino
Habiendo tanta belleza en el mundo no entiendo cómo la gente es tan triste, y hay tanto dolor, pero siempre a pesar de esa realidad es hermoso vivir.
Las letras de esta bella canción, del argentino Palito Ortega, nos lleva a cuestionarnos sobre el contraste que existe entre esa creación hermosa que nos ha regalado Dios, y la soledad interior por la que están atravesando tanto seres humanos, sobre todo muchos jóvenes. Ese vacío existencial que se anida en sus almas, los está llevando a tomar la triste y dolorosa decisión de atentar contra su vida.
Este problema ha crecido tanto que en su regreso de la Jornada Mundial de la Juventud, Lisboa 2023, el Papa Francisco expresaba: “Piensen en cuántos jóvenes, cuántos jóvenes, no toleran las propias heridas y buscan en el suicidio una vía de salvación: hoy, en nuestras ciudades, muchos, muchos jóvenes que no ven una salida, que no tienen esperanza y prefieren ir más allá con la droga, con el olvido… pobrecitos. Piensen en ellos.”
En la actualidad, el suicidio va tocando las puertas de algunos hogares dominicanos, dejando en ellos una estela de angustia y sufrimiento que ni el bálsamo del tiempo podrá cicatrizar.
La situación es peor cuando son niños los que caen en esta red oscura de terminar con su vida como sucedió recientemente en un pueblo del Cibao.
Es hora de que Estado, familia, y la sociedad en general busquemos las raíces que están originando estas acciones. Se hace urgente aplicar todas las medidas preventivas que frenen estas muertes a destiempo que pudieron evitarse.
Necesitamos familias sanas, diálogo con los hijos, tan prioritario como el oxígeno para la vida. Mayor presencia de psiquiatras, psicólogos y otros profesionales del área en los hospitales y en las escuelas. Además de acompañar a nuestros jóvenes en sus triunfos y fracasos.
Tenemos que sentar las bases de una sociedad en donde no haya excluidos, y se fomente la solidaridad.
La vida es bella. Aportemos para que todos la percibamos así. Recordemos que siempre, siempre es hermoso vivir