Por: Randy Estrella
Politólogo
Desde el 2020 el Partido Revolucionario Moderno ha dirigido los destinos de la República Dominicana, obteniendo la presidencia de la república, una mayoría calificada en el Senado y una mayoría simple en la Cámara de Diputados, en el 2024 amplió los márgenes en cada uno de estos estamentos, logrando alcanzar 29 senadurías y dos terceras partes en la cámara baja, un hito que no había sido alcanzado por ningún partido político en la historia moderna del país; Esto implica una gran victoria, pero también un gran reto, tanto para el legado del presidente Abinader como para el mantenimiento del poder de esa organización política.
El PRM tiene varios retos que lo podrían catapultar de cara al 2028 o lacerar sus posibilidades de mantener el poder, esto dependerá de la forma en cómo gestionen las reformas que están decididos a impulsar y el manejo político interno de cara a la elección de su próximo candidato presidencial, es fundamental que el liderazgo de esa organización política entienda los tiempos para someter cada reforma, para que puedan ir acumulando victorias y no frentes, además de la gran tarea de administrar correctamente el poder y reconocer los roles de su liderazgo político, para designar de forma correcta tareas internas que son las que mantendrán la unión partidaria, garantía de una futura victoria.
Los modernos pese a que el presidente Luis Abinader anunció que no va más, tienen la posibilidad de elegir un gran candidato, ya que cuentan con lo que he denominado una industria de presidentes que, de gestionar de forma correcta las diferencias generadas naturalmente por sus intereses, podrían permanecer en el poder por varios períodos más. Sin embargo, es fundamental entender estructuralmente el presente y futuro de esa organización política para vislumbrar las diferentes posibilidades que se podrían desarrollar.
El Partido Revolucionario Moderno tiene hoy tres pilares que lo fundamentan:
Luis Abinader: pese anunciar que no va más, continúa siendo el líder máximo de esa organización y del país, tiene la mayor responsabilidad en el mantenimiento de la armonía partidaria, por la continuidad de su legado y porque hoy acumula el liderazgo y la autoridad para ser decisivo en cualquier rumbo que tome la organización.
Hipólito Mejía: expresidente de la república y que, desde la fundación del PRM siempre ha jugado un rol determinante; de cara al 2028 no tiene ninguna aspiración presidencial, aunque no jugará un rol de árbitro.
Wellington Arnaud: quien es el joven político que más ha avanzado en términos estructurales dentro del PRM, al punto de convertirlo en uno de los tres pilares de ese partido político al día de hoy, y siendo el único con aspiraciones presidenciales de cara al 2028.
Tal y como lo plantea Sun Tsu en El Arte de la Guerra, reconocer los tiempos, tener una doctrina clara, el don de mando y la disciplina, serán determinantes para que el PRM se mantenga gobernando más allá del 2028.
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