
La ciudad de Santiago fue el lugar escogido para la celebración del Segundo Congreso Internacional Matrimonio y Familia: Fuente de amor y esperanza, en donde participaron más de 600 familias reunidas en el Multiusos de la PUCMM.
El evento nos llena de esperanza, porque todos estamos conscientes de que solo tendremos una sociedad mejor cuando tengamos familias unidas, en donde reine el respeto, amor, diálogo, perdón y comprensión.
De familias estables y armoniosas, saldrán los profesionales con vocación de servicio, los políticos honestos, los militares y los policías con un alto sentido del honor.
Los profesores y profesoras entregados a su noble misión. Los jóvenes con hermosos ideales. Los médicos que pondrán por encima de lo monetario, la defensa de la vida.
De familias, en donde Dios sea el centro de sus vidas, saldrán ciudadanos y ciudadanas constructores de la paz.
Este Congreso, realizado los días 17 y 18 del presente mes, nos deja varias conclusiones. Entre ellas:
-La Pastoral Familiar debe ocupar un lugar prioritario dentro de la acción evangelizadora de la Iglesia, no como un anexo, sino como su corazón palpitante.
-Se debe promover una pastoral en sinodalidad, con integración de todas las vocaciones y estados de vida, en particular los jóvenes y adultos mayores.
-Que la esperanza cristiana se encarna en gestos sencillos: abuelos que oran, esposos que perdonan, madres que perseveran y jóvenes que sueñan con un amor verdadero.
Estamos seguros que este Congreso sobre la familia multiplicará y llenará de luces con sus interesantes reflexiones los diferentes espacios oscuros por los que están atravesando tantos hogares dominicanos.
El país necesita familias nuevas. En ellas están el presente y futuro de nuestra nación. Es urgente acompañarlas y fortalecerlas.
Llegue nuestro reconocimiento a todos los que hicieron posible este hermoso encuentro.


