Por Tomas Nuñez.
Rep. Dom. -El mecanismo que desata el miedo se encuentra, tanto en personas como en animales, en el cerebro, concretamente en el sistema limbico, que es el encargado de regular las emociones, lucha, huida y dolor, en general todas las funciones de conservación del individuo y de la especie.
Este sistema revisa de manera constante (incluso durante el sueño) toda la información que se recibe a través de los sentidos, y lo hace mediante la estructura llamada amígdala cerebral, que controla las emociones básicas, como el miedo y el afecto, y se encarga de localizar la fuente del peligro.
Cuando la amígdala se activa se desencadena la sensación de miedo y ansiedad, y su respuesta puede ser la huida, la pelea o la rendición.
Dice Pedro Fernandez psiconeuroeducador y psicólogo social que:Recientemente se ha encontrado que la sensación de miedo está mediada por la actuación de la hormona vasopresina en la amígdala cerebral y que la del afecto lo está a la de la hormona oxitocina también en la amígdala.
La neurofisiologia del miedo en adolescencia es una fase crucial en el desarrollo de los circuitos neuronales relacionados con el comportamiento y la afectividad, aunque los especialistas tratan de desentrañar cómo la estructura cerebral influye en la actitud de los jóvenes problemáticos.
Ahora, investigadores australianos y estadounidenses han identificado regiones del encéfalo cuya forma y tamaño están directamente relacionados con la agresividad típica de esta etapa de la vida, en la que suelen surgir conflictos familiares, sobre todo con los padres.
Los resultados del estudio, dirigido por especialistas del Centro de Neuropsiquiatría de la Universidad de Melbourne y publicado en «PNAS», sugieren que los adolescentes con mayores amígdalas se enfrentan con más agresividad a sus progenitores.
Al revisar los datos obtenidos, con 137 voluntarios adolescentes, concluyeron que existe una relación directa entre la forma y el volumen de varias partes del cerebro y la agresividad.