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El uso de hookah; el peligro de muerte

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Rep. Dom.- A pesar de los múltiples desmayos, mareos y malestares en el estómago que le ha producido a Julia la hookah, ella no la deja de usar. Utilizar ese método para fumar representa para la joven de 23 años estar a la moda y entretenerse “sanamente” durante varias horas.

Julia compró su primera hookah hace aproximadamente tres años, en San Francisco de Macorís. Le costó RD$870 en una tienda de cigarrillos, sin los tabacos, carbones y saborizantes. La adquirió porque observaba que muchas personas usaban la hookah y que era una especie de entretenimiento que “no tiene nada de malo”.

Para Julia fumar hookah es una especie de adicción, pues puede durar varias semanas sin usarla, pero cuando fuma, le produce una “seguidilla” que provoca que tenga que usarla varias veces durante horas.

“Fumar hookah es un entretenimiento sano. No sano del todo, pero entretiene. La hookah es un vicio, pero no tan dañino”, expresa la joven.

El mal uso de la hookah

Al preguntarle sobre su reacción cuando escucha que alguien murió por utilizar la hookah, entiende que esas personas le dan un mal uso.

“Cuando compras la hookah es simplemente una jarra, ya de ahí en adelante tú sabes qué le pones. Eso depende de ti. Yo por lo menos compro lo que lleva: el tabaco y solo le echo agua. Pero hay personas que le ponen drogas, alcohol, energizantes y esas cosas son las que causan que la hookah haga mayor daño”, considera.

Lo que provoca la hookah

Las primeras veces que Julia fumó en hookah, sus malestares fueron peores que los actuales.

“Me daban mareos constantes. Si no comía me daba malestar en el estómago. Me he desmayado, pero en los últimos años me ha pasado menos, porque uno se va acostumbrando a usarla, parece que nuestro sistema se acostumbra. La hookah, independientemente de todo, también baja el azúcar”, dice.

Julia no utiliza la hookah con alcohol ni energizantes porque provoca taquicardia, entre otros daños.

“La compré por moda”

La primera vez que Carlos compró una hookah fue en el 2011. No lo hizo solo, sino que juntó el dinero que tenía con otros amigos y la compraron en RD$500. El motivo fue porque estaba de moda.

Unos meses después decidieron comprar otra. Esa vez les costó RD$3,000. En la actualidad tiene una de él solo. Esa le costó RD$2,500.

“Lo que nos motivó a comprarla fue porque estaba muy de moda en ese momento. Los primeros lugares donde se vendían los tabacos era en las boutiques, incluso, muchos de esos lugares tenían más beneficios vendiendo todas las cosas de la hookah que la ropa, porque como estaba tan de moda, vendían todo muy caro”, dice.

La “fiebre” que Carlos tenía en ese momento era tan fuerte que la usaba de manera corrida de jueves a domingo. En su “coro” de amigos siempre había una o dos hookah.

“Al principio la compré por moda, por estar en el coro con mis amigos. La comencé a usar porque quería probar sin dejar influenciarme, porque no soy de esas personas con falta de personalidad, pero admito que ya se volvió una adicción”, confiesa.

Sobre las personas que han muerto por usar hookah, dice que los medios “viven resaltando que alguien murió por la hookah, pero la gente muere porque todo en exceso hace daño, así que no me sorprende que una persona muera por eso. Las personas deben aprender a usar cada cosa que llega a sus manos. Si usted se siente mal usando algo, deje de usarlo, porque si continúa en eso y se muere, la culpa será suya”.

La hookah no es saludable

Carlos revela que dejó de usar las hookah hace algunos meses porque comenzó a sentirse diferente, y entendió que ya no le estaba haciendo bien.

“La dejé de usar porque no me sentía saludable. Por los años usándola comencé a sentirme extraño. Soy joven y me cansaba de una vez”, expresa.

Revela que después que comenzó a usar la hookah constantemente se sofoca más rápido y se siente más pesado.

LA USÓ RELAJANDO Y AHORA NO LA DEJA

El joven Juan, de 20 años, probó la hookah por primera vez en un cumpleaños cuando tenía 18 años.

Siempre escuchó que el cigarrillo hace daño, pero le llamaba la atención cuando el humo sale de la boca.

Sus amigos le aseguraron que la hookah no es dañina y confiando en ellos la probó. La sensación que sintió le gustó. Tenía sabor a menta.

Después descubrió que se le puede agregar otros sabores. Meses después compró su propia hookah.

Su problema hasta el momento son dolores de cabeza, pero eso no es impedimento para que la continúe usando.

La usa varias veces a la semana por una o dos horas, dependiendo cómo se sienta en ese momento. Leyó que durar tanto tiempo usándola representa el daño de más de 100 cigarrillos y ahora trata de no usarla por menos de una hora.

En su casa están en contra de que use la hookah, lo que ha provocado que la guarde en casa de un amigo y tenga que salir de su casa para poder utilizarla.

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