Opinión

Los dueños del PLD lanzan las piedras y esconden las manos

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Por. Andrés Bonilla

Rep. Dom.- La situación interna del Partido de la Liberación Dominicana continúa al “rojo vivo” y lejos de un entendimiento en lo inmediato entre las partes en conflicto, cada día se suman nuevos ingredientes que tienden profundizar aún más la crisis que afecta a esa organización, donde el ambiente que predomina es de amenazas, críticas, descalificaciones, acusaciones y contra-acusaciones entre sus principales dirigentes. El PLD va como un barco sin rumbo.

Ya el tema sobre la reelección del presidente Danilo Medina, sea o no sea una estrategia propia del momento político, pasó a un segundo plano. Ahora la atención está centrada en la resolución de la Junta Central Electoral que regula el proselitismo político, y en la decisión del Secretario General del PLD, Reinaldo Pared Pérez, de suspender al senador Félix Bautista de la Secretaría de Organización y al ingeniero Víctor Díaz Rúa de la Secretaría de Finanzas de esa entidad respectivamente.

Quienes están bajo la lupa, uno por el supuesto enriquecimiento ilícito y el otro por alegadamente haber recibido partidas importantes del soborno de los 92 millones de dólares entregados por Odebrecht a cambio de la aprobación de contratos para la construcción de obras en distintos puntos del país, son dos miembros del Comité Central peledeista e influyentes funcionarios de los gobiernos encabezados por el doctor Leonel Fernandez, quienes, muy probablemente en contra de su propia voluntad se lanzaron a las calles a trabajar para lograr la reelección del presidente Medina.

Igual acusación a la formulada contra Díaz Rúa enfrenta el senador del partido morado Tommy Galán, aunque este disfruta de jurisdicción privilegiada por su condición de legislador. Todos los imputados por el caso de la constructora brasileña, oficialistas y opositores, coinciden en defender su inocencia, y hasta denuncian que la acusación forman parte de una trama política en su contra.

El más alto nivel de consonancia en este evidente tranque lo encontramos en el hecho de que se trata de una lucha por el control del poder entre los dos bandos en que se encuentra dividida la entidad oficial, el primero encabezado por el presidente Danilo Medina y el segundo dirigido por el expresidente de la república y aspirante a retornar al poder en las elecciones del 2020, el doctor Leonel Fernández. A ambos dirigentes se les puede atribuir el calificativo de “los dueños del PLD”.

Son muchos los altos dirigentes del gobernante Partido de la Liberación Dominicana que se han pronunciado sobre el tema de la corrupción, sobresaliendo entre ellos los miembros del Comité Político Franklin Almeyda Rancier, José Ramón Fadul y Reinaldo Pared Pérez, este último recordado por ya célebre expresión “pasé por el lodazal pero no me enlodé”.

Nada preocupa al presidente Medina, ni al parecer a Fernandez, lo que da a entender que la organización donde nacieron, se criaron y que les permitió llegar al poder no les duele. Su silencio se interpreta que la unidad de su partido en nada importancia.

Todos los oficialistas implicados en el mega-escándalo de corrupción de trascendencia nacional e internacional jugaron su rol, uno más activos que otros, para que el presidente Medina lograra retener el poder en las pasadas elecciones. Sin embargo, el gobernante no se da, o no quiere darse por aludido con relación a los últimos acontecimientos. Mientras los enfrentamientos entre los morados se profundizan Danilo inaugura obras, participa en eventos internacionales y realiza “visitas sorpresas”, en tanto que Fernández ahora está enfrentado con la Junta Central Electoral.

El mandatario no toca el tema el de la situación jurídica que enfrentan sus compañeros de partido. Lo hizo en su momento para referirse al caso del publicista brasileño Joao Santana, preso en su nación por actos de corrupción, a quien definió como un importantísimo asesor de su campaña política. Cuando Medina se refirió al caso Joao él también era presidente de la república como lo es hoy.

Al igual que el presidente Medina, el expresidente Fernández también evade hablar de la crisis, los denominados “dueños del PLD” prefieren mantenerse en silencio, a pesar de que ambos tienen la mayor cuota de responsabilidad en una crisis que se prolonga a medida que pasan los días. Es como si lanzan las piedras y esconden las manos.

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