Por tratarse de un tema de alto interés para el tránsito, la vialidad y la seguridad ciudadana en la Republica Dominicana, expongo mis consideraciones y las estadísticas de una pandemia que comenzó hace tiempo. En este momento está en su pico de infección, ocasionando: accidentes, muertes, atracos y gastos extraordinarios en el sistema de salud.
La pandemia con genes de motoristas y de andanzas en motocicletas, no respeta la prudencia, ni nuestras leyes. Ya que, transita sin acta de nacimiento e identidad personal en su mayoría de edad. También, estando en la ilegalidad total, en caso de un accidente. Porque hay que pagarle todos los daños provocados por el mismo. Por otro lado, la justicia los libera de culpa y condena a los afectados por este virus; sin las instituciones responsables enfrentar la situación. Más penoso aun, es que conocen a perfección las travesuras del virus y el alcance de nuestras leyes.
Una encuesta realizada por la Fundación Movilidad Vial Dominicana, determinó que el 92% de los encuestados, considera que las motocicletas representan un riesgo para la seguridad vial. Asimismo, un 94% afirma que los motociclistas, no respetan las normas de tránsito. Además, el 82 % de la población dominicana considera que el transito afecta negativamente el bienestar físico y emocional.
Atendiendo a la Ley No. 63-17, de movilidad, transporte terrestre, tránsito y seguridad vial de la República Dominicana, las motocicletas deben registrarse en el registro nacional de vehículos de motor, de la Dirección General de Impuestos Internos. Las motocicletas deberán tener una placa, los motoristas una licencia de conducir y disponer de una póliza de seguro.
Según la ley No. 63-17, de movilidad, transporte terrestre, tránsito y seguridad vial de la Republica Dominicana, en su artículo #79, los agentes de la DIGESETT y de la municipalidad en los casos que correspondan, tendrán competencia para el sometimiento de los infractores de la ley, ante el Ministerio Público o el juzgado correspondiente. Ya han pasado 8 años de la promulgación de ley, mas sin embargo muchos de sus artículos constituyen letras muertas al no aplicarse en la práctica, constituyendo una violación institucional, contradiciendo el mandato de la ley.
Estadísticas de los indicadores de la pandemia.
El 56.5 % del parque vehicular, está constituido por 3,298,697 motocicletas.
El Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre, solo tiene registrados, 30,716 licencias de motocicletas categoría I. Asimismo, de estas licencias registradas, 23,357 se encuentran vencidas. Apenas 7,359 conductores, tienen una licencia vigente.
En el año 2024 fallecieron 3,000 personas en accidentes de tránsito. Un 70 % iba a bordo de un motor. Los hombres son los más afectados, representando el 85.9 % de las muertes. El 95 % de los accidentes es producido por error humano. Los domingos son los días con más accidentes.
En el 2024, se reportó una persona fallecida cada 3 horas, por accidentes viales. Equivalente a una mortalidad de 64.6 muertes por cada 100,000 habitantes, según la Organización Mundial de la Salud.
Entre el 80% y 85% de los pacientes que son atendido en una fractura simple, gastan cerca de RD$250,000.00. Pero, si requieren unidad de cuidados intensivos, el costo supera los RD$700,000.00 pesos diario. En El Hospital Traumático Dr. Ney Arias Lora, más del 80 % fueron usuarios de motocicletas,
Según la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, más del 60 % de los asaltos y robos que ocurren en R.D, están relacionados al uso de motocicletas.
Las sustracciones de motocicletas ocurren aproximadamente: 330 por mes, 76 a la semana, cerca de 11 diaria y una cada 130 minutos.
La DGII recaudó de importación en el año 2023, cerca de 4,020 millones de pesos y en el año 2024, un total de 5,930 millones de pesos. Con un crecimiento anual de un 22.21%.
Otros problema es la alteración de matrículas y venta de motocicletas en la zona de la frontera. Donde se registran un promedio de 2,800 nuevas matrículas mensuales.
Tenemos que enfrentar y curar la infección. Ya que somos líderes mundiales, en la tasa muertes por accidentes de tráfico por cada 100,000 habitantes, con un indicador de 64.6 muertes por cada 100 habitantes.
Las motocicletas son útiles para movilidad o ganarse el pan de cada día, para los motoconchistas. Pero, debemos valorar la vida y respetar a todos los que transitamos día a día por calles, avenidas y autopistas. Debido a que, nos enfrentamos al virus en personajes como: deliverys, motoconchistas temerarios y los pandilleros que nos asechan. También, más aún con los temerarios equilibristas, llamados calibradores. Todo esto va acorde con su baja educación, pues el 83 % de los motoconchistas tienen educación primaria o inferior. Apenas un 17 %, ha completado el bachillerato o estudios técnicos.
La edad promedio de los motoristas fallecidos en República Dominicana varía según las fuentes y los periodos analizados, pero en general se encuentra en el rango de 15 a 39 años
Siempre en mis artículos propongo soluciones, esta vez no lo haré. A razón de que, los especialistas en la materia de las instituciones responsables disponen de las soluciones y los estudios correspondientes. Solo falta la voluntad y firme decisión para actuar, en contra de medidas populistas que nos afectan a todos.
Atendiendo a la última estadística sobre el crecimiento del uso de motocicletas, es muy posible que cada año los impactos negativos en los indicadores, aumentaran en un 20 % anual. En consecuencia, tendrá un alto costo para las familias dominicanas y el país.
Los motoristas deben de reflexionar, pues al morir en un accidente, dejan niños(as) huérfanos(as) y enlutan a sus familiares. Ya que, dejan una deuda de no menos de RD$50,000.00, para cubrir sus gastos funerarios.
Es tiempo de vacunar el sistema, con la aplicación de la ley y poner en marcha el régimen de consecuencia. Con el fin de, neutralizar la infección, transmisión y reducción de la gravedad de los accidentes y muertes. Al igual que, parar el irrespeto a todos aquellos que queremos una vialidad y movilidad, con decencia, orden y eficiencia.
Autor: Ervin Vargas J. Ingeniero Civil (MIA)
Share
