Por Editorial Semanario Católico Camino.
La sociedad dominicana está mostrando tantos signos de muerte, que no podemos perder un muerto más sin hacer una parada en el camino para buscar las causas de tanta descomposición.
Violencia intrafamiliar, robos, atracos, corrupción, un seguimiento de la juventud que perdió el rumbo de sus vidas y hoy nadan en las aguas turbias del alcoholismo, drogas y la delincuencia. Adultos que perdieron la vergüenza actuando de espalda a la honestidad y el respeto.
Transitar por las calles dominicanas es casi un encuentro con la muerte. El irrespeto a las leyes de tránsito es una cotidianidad. La luz roja del semáforo es un juguete, rebasar por el lado derecho es normal, y los motoristas han hecho de las aceras y calzados una mera vía. Los extranjeros que nos visitan se asombran al ver la forma como se conduce en nuestro país. Hemos hecho de las calles, autopista y carreteras una selva.
¿Todo está perdido? jamás. La mayoría de nuestra gente es buena. Solo nos falta dejar atrás la indiferencia frente a los males sociales que están carcomiendo los cimientos de nuestra nación. Recordemos que: aunque parezcan tus pasos inútiles caminar tú vas haciendo camino, otros lo seguirán. Así nos dice esta hermosa canción Santa María del camino. ¡Caminemos dejando huellas de bien!
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