Opinión

Los contenidos del marketing electoral de RD

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Por: J. Luis Rojas

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En República Dominicana, igual que en otros países subdesarrollados del mundo, en los que la calidad y pertinencia de sus respectivos sistemas educativos no han logrado que sus ciudadanos, sin importar su status socioeconómico, hayan podido desarrollar pensamiento crítico, mediante el cual se les facilite tomar mejores decisiones, capacidad de recopilar y analizar información para llegar a mejores conclusiones, abordar y resolver problemas complejos, diferenciar la verdad de la mentira, discriminar entre la realidad y la ficción, ser lectores críticos y activos de los mensajes deliberados provenientes de la distintas sub-categorías del marketing estratégico: político, electoral y gubernamental.

Hoy, en el ámbito político, el marketing es mucho más que la realización de actividades dispersas, ruidosas, costosas, molestosas, mediáticas y carentes de creatividad, con las que supuestamente se busca visibilizar la imagen pública y el programa temático de un determinado candidato, el cual cree tener los atributos necesarios para ser elegido. Se ha determinado que mientras más baja sea la capacidad crítica de los electores, más mediocre, superficial e idiotizador serán los contenidos que rodean las actividades del marketing electoral.

En termino conceptual, el marketing es un proceso estratégico, dinámico e integral, que abarca desde el conocimiento científico de las variables del mercado, con la finalidad de conocer las necesidades, expectativas y deseos de los clientes, incluyendo la creación de productos y servicios que satisfagan dichas necesidades y expectativas. Desde una perspectiva más profunda, se ha dicho que el marketing político es el conjunto de técnicas de investigación, planificación, gerenciamiento y comunicación que se utilizan en el diseño y ejecución de acciones estratégicas y tácticas a lo largo de una campaña política, sea esta electoral o de difusión institucional. (Martínez, 2001)

Pese a que las autoridades de la Junta Central Electoral, desde marzo del presente año, dejaron abierto el período de campaña electoral para las elecciones del 19 de mayo de 2024, en las que los electores dominicanos elegirán al presidente y vicepresidente del país, así como a los senadores y diputados, tanto locales como de ultramar, se observa que las organizaciones políticas (OP), a diferencia de contiendas electorales de años pasados, no muestran el mismo nivel de entusiasmo, movilización y de proselitismo, con el objetivo de tratar de convencer a determinados segmentos de electores, para que éstos les sigan y voten por ellos. ¿Por qué el marketing electoral que llevan a cabo las organizaciones políticas, que participarán en las elecciones del 19 de mayo, luce poco atractivo y motivador? ¿Cuáles serán los motivos sustanciales por los que las organizaciones políticas, principalmente las opositoras, no emprenden esfuerzos de marketing electoral, como medio para lograr su propósito? ¿Será que no quieren invertir los millones que les ha entregado la JCE?

Es evidente, en comparación con elecciones generales anteriores, la forma en que las organizaciones políticas dominicana gestionan su marketing electoral, como parte de los medios para lograr mantener o incrementar sus respectivas cuotas de poder político y social el 19 de mayo de 2024, ha mejorado. En la actualidad, el derecho de los ciudadanos de transitar libremente por los espacios públicos, no son violados por imprudentes que realizan concentraciones, caravanas, bandereos, marchas y otras actividades políticas a cualquier hora del día y la noche. El marketing electoral no se puede reducir a la creación de una estructura orgánica inoperante y coyuntural, cuya función principal sea la de colocar la figura de los candidatos a cargos electivos (presidentes, vicepresidentas, senadores y diputados) en la mayor cantidad de espacios públicos. Cuando la estrategia de saturación del mensaje no se gestiona científicamente, entonces, se obtienen logros no deseados. ¿Será que los líderes de las OP han entendido que el mercado electoral dominicano ha cambiado, razón por la cual han decidido gestionar el marketing electoral desde otra perspectiva?

Independientemente de que, en estas elecciones generales, programadas para el domingo 19 de mayo, el quehacer cotidiano de la sociedad dominicana se vea menos afectado por el activismo y proselitismo político irracional, que tradicionalmente desarrollan las organizaciones políticas (OP), es necesario continuar mejorando la calidad, efectividad y la relación costo-beneficio del marketing electoral. Por ejemplo, hay que buscar mecanismos legales que reduzcan el costo actual de la democracia dominicana. ¿Hasta cuándo los ciudadanos dominicanos continuarán pagando altos impuestos, para que la JCE reparta entre los dueños de las organizaciones políticas, millones de pesos que ellos gastan a su antojo?

Llora ante la presencia de Dios, el hecho aberrante e irritante de que la Junta Central Electoral haya repartido RD$2,520 millones a organizaciones políticas antidemocráticas y protagonistas de acciones ilícitas. Es ilógico que el 80 % de la referida cantidad sea entregada en partes iguales a los partidos que obtuvieron más del 5 % de los votos válidos emitidos en las últimas elecciones. Es inconcebible que los denominados partidos mayoritarios de República Dominicana (PRM, PLD, FP y PRD), cada uno recibirá RD$504,160,000, cuya procedencia son los impuestos que pagan los ciudadanos. En definitiva, la democracia y el marketing electoral dominicanos son productos de altísimo costo.

Como han planteado prestigiosos profesores del Departamento de Organización de Empresas de la Universidad Politécnica de Valencia, dentro del marketing que desarrollan las OP, existen distintas sub-categorías de marketing en función del momento temporal en el que se desarrolla y el objetivo principal que persigue. Así, se distingue entre el marketing político estratégico, el marketing electoral y el marketing de gobierno, cada uno con sus propias estrategias y mensajes y con el fin de lograr un objetivo específico distinto. (Ester Guijarro Tarradellas, Eugenia Babiloni Griñón y Manuel Cardós Carboneras, 2015).

“EL marketing electoral hace referencia a todas aquellas actividades necesarias para la organización de la presentación de los candidatos políticos y de sus estrategias de comunicación para informar a los electores potenciales las características distintivas de la organización y del candidato. Es aplicado durante el tiempo que dura un proceso electoral determinado. Es a medio/corto plazo y su objetivo se centra fundamentalmente en los resultados electorales”. (Departamento de Organización de Empresas de la Universidad Politécnica de Valencia, 2015).

En la actualidad, tanto la forma como los contenidos del marketing electoral dominicano, no agregan valor significativo a la institucionalidad de la democracia y al desarrollo sostenible de la sociedad dominicana. Entre las vagas y superficies acciones y actividades que sustentan el marketing electoral de RD, se destacan las siguientes:

  • Saturación de los espacios públicos con la imagen gráfica de los candidatos.
  • Presencia continua en programas televisivos, radiofónicos y en plataformas digitales.
  • Baja participación en eventos masivos presenciales.
  • Abundancia de besos y abrazos a niños y a adultos mayores.
  • Visivilización de visitas a hogares pobres, fingiendo que almuerzan, cenan o desayunan con ellos.
  • Donación de pica pollo, quinientos pesos y una cerveza, a los que asisten a sus actividades proselitistas
  • Excesiva presencia en medios exteriores (vayas electrónicas, digitales, iluminadas, monoposte, etc.).
  • Colocación indiscriminada de banners publicitarios en las portadas de los periódicos digitales.
  • Poca cercanía de los candidatos con los electores para compartir con ellos sus respectivos programas.
  • Visibilización de millones de sonrisas fingidas.
  • Realización de marchas caravanas en las provincias y municipios de RD.
  • Reducida presencia de publicidad en los medios tradicionales (televisión, radio, periódicos impresos, etc.).
  • No participación en debates electorales públicos, excepto el que organiza la Asociación de Jóvenes Empresarios, para los días 22 y 24 de abril de 2024.
  • Construcción y difusión de una narrativa, cuyos mensajes sustanciales son los desaciertos del gobierno de turno.

Ojalá que los dominicanos, principalmente los que pagan impuestos, cuestionen y aborden con responsabilidad la magnitud de los efectos que está provocando la brecha actual entre el costo y los beneficios del marketing electoral dominicano. “En la nueva era en la que vivimos, las organizaciones políticas (OP) deben tratar de acercar la política al ciudadano y que éste sea y se sienta partícipe del proceso político y de gobierno de su región. Para ello, es vital conocer el electorado y que éste conozca de forma clara y profunda las decisiones políticas que toman los diferentes candidatos de las OP”. (Ester Guijarro Tarradellas, Eugenia Babiloni Griñón y Manuel Cardós Carboneras, Departamento de Organización de Empresas, Universidad Politécnica de Valencia, 2015)

En resumida cuenta, la forma y contenidos del marketing político que realizan actualmente las organizaciones políticas dominicanas, violan el objetivo esencial del marketing político estratégico. Entiéndase: “Hacer la política más cercana al ciudadano, para que participe de la gestión y lograr que las diferentes decisiones políticas sean conocidas de una forma clara y directa”.

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