Opinión

¿Qué está pasando con el conocimiento en la sociedad?

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Discurso de la doctora Lily Rodríguez González Rectora de UTESA (Sede), en la LXXVIII Graduación Ordinaria Celebrada el pasado sábado.

Educación, Ciencia y Tecnología en el mundo de hoy

En la actualidad, se habla de incertidumbre y cambio acelerado en la sociedad. Zygmunt Bauman, sociólogo polaco nacido en Poznan, y uno de los pensadores más influyentes del siglo XX, analiza esta tendencia en su interesante obra “Modernidad Líquida”. En ella, reflexiona sobre los retos de la educación, la ciencia y la tecnología. ¿Cómo educarse en este estado líquido?.

Los retos de la educación en la modernidad líquida se están convirtiendo en un reto sustancial en el desarrollo humano. Para este sociólogo polaco, recientemente fallecido, “la educación ha abandonado la noción de conocimiento de «la verdad útil para toda la vida» y la ha sustituido por la del conocimiento «de usar y tirar»” (Bauman, Modernidad Líqui).

¿Qué está pasando con el conocimiento en la sociedad?

A menudo, pensamos que compartir datos o información en las redes sociales, por ejemplo, significa pensar y actuar en la sociedad del conocimiento. No obstante, sucede que el estado líquido de la sociedad (que Bauman describe como un proceso de interrelación entre la sociedad sólida (seguridad, contenidos, valores) y la sociedad líquida (movilidad, incertidumbre, relatividad de valores) nos exige mucho más a todos y, especialmente, les exige algo más a ustedes, nuevos profesionales.

Esta exigencia es tanto ética como epistemológica ante un concepto, cada vez más fragmentado y dejado de lado, como es el de la verdad. Dado como relativo en estos tiempos de incertidumbre. Como ejemplo pondría Bauman el famoso neologismo de la “Posverdad”.

¿En qué consiste y por qué es importante este concepto?

En parte, la posverdad, como ya decía Bauman, describe la forma en que la opinión pública -nosotros y ustedes- podemos ser influenciados por ideas subjetivas y emotivas más que por hechos concretos y contrastados. Es decir, cada vez más somos susceptibles a guiar nuestros actos y nuestro pensamiento por creencias poco fundadas en la realidad, con poco o nulo valor científico donde la máxima consiste en “aparentar ser verdad puede ser más importante que la propia verdad”. Esto es un despropósito para cualquier sociedad.

No en vano este concepto -la posverdad-, como muchos conocen, fue denominado por el diccionario Oxford la palabra internacional del año 2016 (post-truth). De aquí que muchos analistas creen que parte de los fenómenos sociales y políticos, como, por ejemplo, la campaña electoral del actual presidente de Estados Unidos, así como las elecciones en favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, se asientan en procesos de manipulación de la información donde es muy complicado saber qué información es verdad y cuál es falsa.

Es paradójico que, en la posmodernidad, tiempo de la sociedad de la comunicación y la hiper – información, la verdad haya perdido su prestigio.

Por tanto, queridas graduandas y queridos graduandos, en tiempos de incertidumbre, nos toca ser responsables. La paradoja de contar con los mejores sistemas de acceso a la información y, por otro lado, vivir y actuar en la sociedad de las sombras de la pos-verdad, nos exige apelar a nuestra formación base, la ciencia, como el mecanismo por el cual podamos, desde nuestra privilegiada condición de “titulados”, luchar contra cualquier sesgo social, político o económico que nos invite a pensar sin apoyo en la verdad.

¿Cómo encarar esta tarea?
Como la verdad no es asunto de subjetividades o de mayorías en la comunicación en red, sino más bien, del pensamiento científico, hoy al recibir este título asumen también la responsabilidad social de caminar al lado del conocimiento científico.

Estos años de formación han servido para acercase, en mayor o menor medida, según sus disciplinas, al rigor de producir ciencia, y a la ventaja de usar información científica. Gran parte de las teorías, experimentos y casos que han trabajado en las distintas asignaturas en UTESA se han basado en esta fuente.

La ciencia es parte de ustedes, está en el ADN educativo de UTESA, de ahí que tienen el compromiso de comunicarla, defenderla y llevarla a la práctica en su actividad profesional. Todo buen profesional estima y desarrolla el pensamiento científico.

La andadura por la ciencia, que todos han empezado desde el primer día en el ecosistema educativo de UTESA, no ha terminado. Este camino, ya con las bases científicas adquiridas, acaba de empezar y es sólo con la formación permanente que podrán alejarse de los mitos y la desfundamentación de la posverdad.

La formación científica es el único camino para dejar de lado ese conocimiento “de usar y tirar” que privilegia este incierto mundo.

Este es el valor ético y epistemológico que impone el acto de graduarse: reconocerse como un profesional responsable con el valor que añade la ciencia a la sociedad. La sociedad espera esto, y más, de todos ustedes.

Bien visto, por tanto, que su empeño en formarse es un sueño hecho realidad, que les ha permitido ver fuera, pero ahora busquen dentro de sí mismos para encontrar el fundamento, los cimientos científicos de su nueva condición profesional.

El país y el mundo en tiempos de incertidumbre esperan de todos y cada uno de ustedes el idioma de la verdad, el del conocimiento y la ciencia.

  1. ¡Bienvenidos a la tarea!
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