Rep. Dom._ 40 y 20 es el titulo de una canción escrita por el compositor argentino Roberto Levi, grabada por el cantante mexicano José José el dia 24 de noviembre de 1992, donde el artista intenta demostrar que cuando el amor nace poco o nada importa la diferencia de edad en la pareja.
Sin embargo, en muchos casos la diferencia establecida por el cantante queda muy corta, ya que en nuestra sociedad resulta común observar hombres de 50, 60 y hasta 70 años con adolescentes de 14, 15 y 16, sin observan el riesgo de esa unión, al margen de que ésta sea de carácter permanente, temporal o momentanea.
Las interrogantes en las que hay que detenerse, pero sin encontrar la respuesta oficial son; ¿ Que razón tendrá una mujer para compartir su vida o su cuerpo con un hombre de tan avanzada edad, lo hará por sus necesidades económicos, por amor, por ilusión o por presión ? estas preguntas quedan en el aire.
Cabe señalar que cuando la mujer adolescente comienza a desarrollar su cuerpo y por el contrario su pareja, con edad doblada o triplicada, a reducir su energía y su anatomía a perder la esencia, incia una etapa agónica entre ambos que podría concluir en una tragedia.
Regularlarmente el hombre sin ninguna formación académica o familiar que compra los servicios de una joven mujer, a cambio del pago de la renta de una vivienda, del financiamiento de su carrera universitaria, o por el regalo de joyas u otros beneficios no asimila la insatisfacción de su compañera, y mucho menos asimila el rompimiento del vínculo amoroso.
Este sujero se siente súper potente, aunque para esa superpotencia tenga que recurrir a los estimulantes, se considera el dueño, el amo y el señor del objeto por el cual paga, sin valorar que se trata de una mujer con los mismos órganos que su progenitora.
Con mucha frecuencia esta clase de hombres en lugar de ver partir su pertenencia hacia donde quien le aventaja en edad y en habilidades, prefiere en lugar de terminar con la relacion, poner una bala en la cabeza o un cuchillo en la garganta de su acompañante, para hacer lo mismo com su vida.
Se trata de una práctica que ya se ha arraigando en república dominicana, donde los programas del gobierno tendentes a crear conciencia en la población con relación a la necesidad de contrarrestar los feminicidios son muy tímidos, a pesar de que esa problemática sigue ganando terreno.
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